¿Conoces los alimentos prohibidos para los bebés menores de 1 año? Cuando se trata de la alimentación de bebés, es fundamental tener en cuenta qué alimentos son seguros y adecuados para su consumo.
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y prolongada hasta los 2 años, es el mejor alimento para el bebé. Provee azúcar, grasas y proteínas que son justamente necesarias para la buena salud del niño. Desde el punto de vista inmunológico, la leche materna brinda gran cantidad de anticuerpos que protegen al bebé de las infecciones (fundamentalmente las intestinales y respiratorias).
Además, se adapta perfectamente a las características metabólicas, digestivas e inmunológicas del lactante, y a los cambios que se dan en él durante esta etapa.
A partir de los 6 meses comienza la introducción de alimentos sólidos, y hay muchos alimentos permitidos, y la lista se va incrementando con el correr de los meses. Pero también hay alimentos que no son aconsejables para bebés antes del primer año.
- Alimentos prohibidos para bebés antes del primer año
- Miel
- Espinacas, Acelga y Remolacha
- Algas
- Embutidos
- Marisco
- Carne de caza en niños y embarazadas
- Pescados grandes y depredadores
- Pescados, carnes crudas y leche fresca no pasteurizada
- Sal y azúcar
- Alimentos picantes
- Alimentos alergénicos
- Frutos secos y alimentos que pueden producir atragantamiento
- Alimentos procesados
- Bebidas energéticas y alimentos con cafeína
- Bebidas con gas
- Alimentos grasos y fritos
- Alimentos con aditivos y colorantes artificiales
- Leche de vaca
- Leches vegetales
- Recomendaciones para una alimentación adecuada para los bebés
Alimentos prohibidos para bebés antes del primer año
A partir de los cuatro a seis meses se empieza a incorporar en la dieta del lactante los primeros alimentos semi-sólidos.
En un principio, los especialistas aconsejan ofrecer alimentos de textura suave en forma de papillas que ayuden a su fácil digestión, elaborados a partir de un solo ingrediente y en cantidades muy pequeñas.
Una vez que el niño haya aceptado una clase de alimento, es recomendable esperar de tres a cinco días para añadir uno nuevo, así como el incremento en la cantidad en forma lenta y progresiva, de acuerdo con el apetito y la respuesta del pequeño.
Pero ¿qué alimentos están prohibidos en el caso de los bebés menores de 1 año?
Miel
La miel es un alimento delicioso y naturalmente dulce que se utiliza en muchas recetas. Sin embargo, no se recomienda dar miel a los bebés menores de un año. La miel puede contener esporas de la bacteria Clostridium botulinum, que produce una toxina peligrosa para los bebés. Su sistema digestivo aún no está lo suficientemente desarrollado como para eliminar estas esporas, lo que puede llevar al desarrollo de botulismo infantil, una enfermedad grave y potencialmente mortal.
Espinacas, Acelga y Remolacha
De la misma manera los expertos también aconsejan no introducir la espinaca, acelgas y la remolacha hasta el año de edad, por el alto contenido de nitrato que tienen.
En los primeros meses de vida, el estómago del bebé todavía no produce gran cantidad de ácido, lo que favorece el asentamiento de bacterias en el tramo superior del intestino delgado.
Dichas bacterias pueden transformar directamente en nitritos los nitratos ingeridos. Los nitritos son nocivos para la salud porque transforman la hemoglobina, una proteína que está en la sangre encargada de llevar oxígeno a los pulmones, en metahemoglobina, una sustancia que no cumple con esta función y deja al enfermo con dificultades para respirar.
Los más perjudicados por esta enfermedad, llamada metahemoglobinemia, son los bebés menores de 6 meses, porque su cuerpo aún carece de las enzimas esenciales para revertir este proceso. Como su piel se pone azulada bajo este estado, también se conoce a la dolencia como el “Síndrome del niño azul”.
Se recomienda esperar hasta que el bebé tenga al menos doce meses antes de introducir este tipo de verduras en su dieta. Además, es importante cocinarlas adecuadamente para reducir los niveles de nitratos. Cocinar las acelgas ayudará a descomponer los nitratos y hacerlas más seguras para el consumo del bebé.
Algas
Las algas son un tipo de vegetal marino que se consume en muchas culturas y se utilizan en diversos platos. Son conocidas por ser ricas en nutrientes, especialmente en minerales como el yodo, el calcio y el hierro, así como en vitaminas y antioxidantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas consideraciones al ofrecer algas a los bebés.
Las algas contienen una alta concentración de yodo, que es un mineral esencial para el funcionamiento adecuado de la tiroides. Sin embargo, en exceso, el yodo puede ser perjudicial para los bebés y afectar la función tiroidea. Por esta razón, se recomienda limitar la cantidad de algas en la dieta de los bebés.
Es aconsejable esperar hasta que el bebé tenga al menos un año antes de introducir algas en su alimentación. Además, es importante ofrecerlas en pequeñas cantidades y de forma ocasional, como parte de una alimentación variada y equilibrada.
Embutidos
Los embutidos, como el salchichón, el jamón, el chorizo o el salami, no se recomiendan para los bebés y niños pequeños. Estos alimentos procesados suelen tener un alto contenido de grasas saturadas, sodio y aditivos que pueden ser perjudiciales para su salud.
Las grasas saturadas presentes en los embutidos pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y contribuir al desarrollo de problemas de peso en los niños. Además, el alto contenido de sodio en los embutidos puede sobrecargar los riñones y aumentar el riesgo de hipertensión arterial.
Los embutidos también pueden contener aditivos como nitritos y nitratos, que se utilizan para preservar y dar sabor a los productos cárnicos. Estos aditivos pueden ser perjudiciales para la salud, especialmente en grandes cantidades o cuando se consumen regularmente.
Es importante ofrecer a los bebés y niños pequeños una alimentación equilibrada y saludable, basada en alimentos frescos y naturales. Las opciones más adecuadas para obtener proteínas son las carnes magras, como el pollo, el pavo o el pescado, que son más saludables y nutritivas para su crecimiento y desarrollo.
Marisco
El marisco, como las gambas, los cangrejos y los mejillones, puede ser un alimento delicioso y nutritivo para los adultos, pero es importante tener precaución al ofrecer marisco a los bebés y niños pequeños.
El marisco es conocido por contener altos niveles de alérgenos, como los crustáceos y el molusco, que pueden desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas, incluidos los niños. Por esta razón, se recomienda introducir mariscos en la dieta de los bebés con precaución y siguiendo las pautas del pediatra.
Además, algunos mariscos pueden contener niveles elevados de mercurio y cadmio.
El cadmio se acumula en el cuerpo a lo largo del tiempo y puede afectar diferentes órganos, como los riñones y los pulmones. En el caso de los mariscos, se ha detectado la presencia de cadmio en algunas especies debido a la contaminación de las aguas en las que habitan.
Carne de caza en niños y embarazadas
La carne de caza, como la de venado, jabalí o conejo, puede ser una opción culinaria interesante y sabrosa para algunos, pero es importante tener precaución al ofrecer este tipo de carne a ciertos grupos, como los niños menores de 6 años y las mujeres embarazadas.
La carne de caza puede contener niveles más altos de contaminantes, como metales pesados y residuos de pesticidas, en comparación con la carne de animales de granja criados de forma convencional. Estos contaminantes pueden representar un riesgo para la salud, especialmente en grupos más sensibles, como los niños en desarrollo y las mujeres embarazadas.
Pescados grandes y depredadores
El consumo de pez espada, atún rojo, tiburón y lucio debe ser evitado en bebés, niños pequeños, mujeres embarazadas y lactantes debido a su alto contenido de mercurio. Estos peces grandes y depredadores tienen una mayor probabilidad de acumular altos niveles de mercurio en su organismo, lo que puede representar un riesgo para la salud.
El mercurio es un metal pesado que puede afectar negativamente el desarrollo del sistema nervioso en bebés y niños pequeños, así como en los fetos en desarrollo. Por esta razón, se recomienda evitar el consumo de pez espada, tiburón y lucio en estos grupos sensibles.
En general, se sugiere que los niños y las mujeres embarazadas o lactantes eviten consumir pescados grandes y depredadores, como el pez espada, atún rojo, tiburón y lucio, hasta que alcancen una edad en la que su sistema nervioso esté más desarrollado y puedan tolerar mejor los posibles efectos del mercurio.
Según las últimas recomendaciones de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), se sugiere esperar hasta los 10 años de edad para introducir gradualmente estos pescados en la alimentación de los niños.
Pescados, carnes crudas y leche fresca no pasteurizada
El consumo de pescado o marisco crudo, como sushi, sashimi o tartar de atún o salmón, puede ser muy popular y apetitoso para muchos, pero es importante tener precaución al consumir este tipo de alimentos crudos.
El pescado y el marisco crudo pueden albergar bacterias, parásitos y otros microorganismos que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos, como la salmonelosis o anisakis. Estos microorganismos pueden estar presentes de forma natural en el medio ambiente o contaminar los alimentos durante su procesamiento o manipulación.
Dentro de los alimentos que no pueden comer las embarazadas se encuentra el pescado crudo debido al mayor riesgo de contaminación y las posibles consecuencias para el desarrollo del feto.
El consumo de carne cruda, como la carne steak tartar o el carpaccio, puede resultar atractivo para algunas personas, pero es importante tener en cuenta los posibles riesgos asociados a este tipo de preparación.
La carne cruda puede contener bacterias, como la Escherichia coli (E. coli) o la Salmonella, que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos. Estas bacterias pueden estar presentes en la superficie de la carne y, si no se cocina adecuadamente, pueden sobrevivir y causar infecciones cuando se consume cruda.
Para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos, se recomienda cocinar la carne y pescado de manera adecuada, asegurándose de que alcance una temperatura interna segura para destruir las bacterias. La cocción adecuada ayuda a eliminar los microorganismos y garantiza la seguridad alimentaria.
La leche cruda puede contener bacterias patógenas, como la Salmonella, la Escherichia coli (E. coli) y la Listeria, que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos. Estas bacterias pueden estar presentes en la leche debido a la contaminación durante el ordeño o el procesamiento.
La pasteurización es un proceso térmico utilizado para eliminar los microorganismos presentes en la leche, lo que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos. La pasteurización no afecta significativamente el valor nutricional de la leche y es una medida importante para garantizar su seguridad.
Es importante recordar que ciertos grupos de personas, como los niños pequeños, las mujeres embarazadas, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunológicos debilitados, pueden ser más susceptibles a las enfermedades transmitidas por alimentos. Estas personas deben tener especial precaución y evitar consumir carne cruda.
Sal y azúcar
Los bebés no necesitan sal ni azúcar añadidos en su dieta. El exceso de sal puede afectar la función renal y la presión arterial, mientras que el azúcar puede contribuir al desarrollo de problemas de salud a largo plazo, como la obesidad y la diabetes. Es importante ofrecer a los bebés alimentos frescos y naturales sin agregar sal o azúcar. Los sabores naturales de los alimentos son suficientes para satisfacer sus necesidades nutricionales.
Alimentos picantes
Los alimentos picantes, como el chile, el ají o las especias fuertes, pueden ser sabrosos para muchas personas, pero no se recomiendan para los bebés. Los bebés tienen un sistema digestivo aún inmaduro y su paladar está en proceso de desarrollo, por lo que los alimentos picantes pueden resultarles difíciles de tolerar.
Los alimentos picantes pueden causar irritación en el sistema digestivo del bebé, provocando malestar estomacal, diarrea o incluso reacciones alérgicas. Además, el picante puede ser demasiado fuerte para su paladar sensible y generar rechazo hacia la comida.
Es recomendable esperar hasta que el bebé sea un poco más grande y haya comenzado a experimentar con una variedad de alimentos antes de introducir los sabores picantes en su dieta. Incluso en ese caso, es importante hacerlo de manera gradual y en pequeñas cantidades para que el bebé se acostumbre gradualmente a los sabores más intensos.
Alimentos alergénicos
Al introducir alimentos sólidos en la dieta de un bebé, es recomendable evitar aquellos que pueden causar reacciones alérgicas en los bebés. Algunos de los alimentos más comunes que pueden causar alergias incluyen los lácteos, los huevos, el trigo, los mariscos y los frutos secos. Es mejor esperar hasta que el bebé cumpla al menos un año, especialmente si alguien en la familia presenta alergias, antes de introducir estos alimentos y estar atentos a cualquier reacción alérgica, como erupciones cutáneas, hinchazón o dificultades para respirar.
Frutos secos y alimentos que pueden producir atragantamiento
Los frutos secos y las semillas son alimentos que pueden causar asfixia y atragantamiento en los bebés, especialmente si se les ofrece enteros. Estos alimentos son pequeños y duros, lo que puede dificultar su masticación y tragar. Para evitar riesgos de asfixia, es recomendable esperar hasta que el bebé tenga al menos cuatro años antes de introducir frutos secos y semillas (además de uvas, caramelos, trozos de vegetales crudos como tallos de apio, zanahoria, etc.) en su dieta. Además, es importante ofrecerlos en forma de mantequillas o pastas que sean fáciles de masticar y tragar.
Alimentos procesados
Los alimentos procesados, como los alimentos enlatados, los snacks y las comidas preenvasadas, generalmente contienen altos niveles de sodio, azúcares añadidos y aditivos químicos. Estos alimentos no son saludables para los bebés y pueden afectar negativamente su desarrollo y crecimiento. Es mejor optar por alimentos frescos y naturales, preparados en casa siempre que sea posible. De esta manera, se garantiza una alimentación más saludable y equilibrada para el bebé.
Bebidas energéticas y alimentos con cafeína
La cafeína presente en el café, el té, los refrescos y bebidas energéticas no son recomendable para los bebés. La cafeína puede interferir con el sueño, la absorción de nutrientes y el desarrollo adecuado.
Las bebidas energéticas, como las bebidas deportivas o las bebidas con alto contenido de cafeína, no son recomendables para los bebés. Estas bebidas suelen contener altas cantidades de cafeína, azúcar y otros ingredientes estimulantes que pueden ser perjudiciales para su salud y desarrollo.
Los bebés tienen un sistema nervioso aún en desarrollo y su capacidad para procesar la cafeína es limitada. El consumo de bebidas energéticas puede provocar efectos negativos, como alteraciones del sueño, irritabilidad, problemas de atención y desequilibrios en los niveles de energía.
Además, las bebidas energéticas y refrescos suelen tener un alto contenido de azúcar, lo cual puede contribuir al desarrollo de caries, problemas de peso y afectar la salud general del bebé.
Bebidas con gas
Las bebidas con gas, como los refrescos y las gaseosas, no son recomendables para los bebés. Estas bebidas contienen burbujas de dióxido de carbono que pueden causar molestias y malestar en el sistema digestivo de los bebés, especialmente en aquellos con un sistema digestivo aún inmaduro.
Además, las bebidas con gas suelen contener altos niveles de azúcar y otros aditivos artificiales que no son adecuados para la salud de los bebés. El consumo excesivo de azúcar puede contribuir al desarrollo de caries, problemas de peso y afectar negativamente su salud en general.
Es fundamental proporcionar al bebé una hidratación adecuada y saludable. La mejor opción para los bebés es la leche materna o la fórmula infantil, ya que contienen los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo.
A medida que el bebé crece, se puede comenzar a introducir gradualmente otros líquidos, como el agua, en su dieta. Sin embargo, es importante evitar las bebidas con gas y optar por opciones más saludables y naturales.
Alimentos grasos y fritos
Los alimentos grasos y fritos, como las patatas fritas, las comidas rápidas y los alimentos fritos en general, no son recomendables para los bebés. Estos alimentos son altos en grasas saturadas y pueden afectar negativamente la salud cardiovascular y el desarrollo del bebé.
Alimentos con aditivos y colorantes artificiales
Los alimentos con aditivos y colorantes artificiales, como los snacks y las golosinas de colores brillantes, no son recomendables para los bebés. Estos aditivos pueden causar reacciones alérgicas y problemas de comportamiento en algunos niños.
Leche de vaca
La leche de vaca es otro alimento que generalmente se desaconseja como bebida principal para los bebés menores de un año. La leche de vaca contiene proteínas y nutrientes que pueden ser difíciles de digerir para el sistema digestivo inmaduro de los bebés.
Además, la leche de vaca tiene un alto contenido de proteínas y minerales, como el sodio, que pueden sobrecargar los riñones de los bebés y afectar su equilibrio nutricional. También puede provocar alergias o intolerancias en algunos bebés.
En su lugar, se recomienda la leche materna o la fórmula infantil como principal fuente de nutrición para los bebés menores de un año. Estos proporcionan los nutrientes necesarios y están específicamente formulados para satisfacer las necesidades de los bebés en crecimiento.
Una vez que el bebé cumpla un año, se puede comenzar a introducir gradualmente la leche de vaca entera en su dieta, siempre bajo la supervisión y recomendación del pediatra. Es importante recordar que cada bebé es único y puede tener necesidades y tolerancias individuales, por lo que es fundamental consultar con el pediatra antes de hacer cualquier cambio en la alimentación del bebé.
Recuerda que la leche materna es el alimento más adecuado y completo para los bebés durante los primeros meses de vida, proporcionando todos los nutrientes necesarios para un crecimiento saludable.
Lácteos desnatados a menores de 3 años
Los lácteos desnatados, como la leche desnatada o los yogures desnatados, no se recomiendan para menores de 3 años. Estos productos son bajos en grasa y, si bien pueden ser adecuados para adultos que buscan controlar su ingesta de grasa, no proporcionan la cantidad adecuada de nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo de los niños pequeños.
Durante los primeros años de vida, los niños necesitan un aporte adecuado de grasas para su desarrollo cerebral y corporal. Las grasas saludables presentes en los lácteos enteros son esenciales para la formación de tejido nervioso, la absorción de vitaminas liposolubles y el aporte de energía.
Leches vegetales
Las leches vegetales, como la leche de almendras, la leche de avena o la leche de soja, han ganado popularidad en los últimos años como alternativas a la leche de vaca. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas consideraciones al ofrecerlas a los bebés.
En general, las leches vegetales no son adecuadas como reemplazo de la leche materna o la fórmula infantil durante los primeros meses de vida. Estas leches no contienen los nutrientes necesarios en la misma proporción que la leche materna o la fórmula y pueden no proporcionar un crecimiento y desarrollo óptimos en bebés tan pequeños.
Una vez que el bebé cumple un año y ha comenzado a diversificar su alimentación, algunas leches vegetales pueden ser introducidas en su dieta como parte de una alimentación equilibrada. Sin embargo, es importante seleccionar leches vegetales fortificadas con calcio y otros nutrientes importantes para garantizar que el bebé reciba los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo.
Recomendaciones para una alimentación adecuada para los bebés
Es importante tener en cuenta algunas recomendaciones generales para una alimentación adecuada de los bebés:
- Introducir los alimentos sólidos de forma gradual y en pequeñas cantidades.
- Priorizar alimentos frescos y naturales en lugar de alimentos procesados.
- Ofrecer una variedad de alimentos para garantizar una ingesta nutricional equilibrada.
- Estar atentos a posibles reacciones alérgicas y consultar a un médico en caso de duda.
- Evitar los alimentos que representen riesgos de asfixia.
Siguiendo estas recomendaciones, se promueve una alimentación saludable y segura para los bebés, contribuyendo a su crecimiento y desarrollo óptimos.
Aquí te dejamos recomendaciones para el menú diario del bebé de 6 a 9 meses:
La elección de los alimentos adecuados para los bebés es fundamental para garantizar su salud y bienestar. Al evitar los alimentos prohibidos para los bebés o no recomendados, se minimizan los riesgos de enfermedades y se promueve un crecimiento saludable. Es esencial ofrecer alimentos frescos, naturales y variados, evitando aquellos que puedan causar alergias o representar peligros de asfixia. Al seguir estas pautas, los padres pueden proporcionar a sus bebés una dieta equilibrada y nutritiva.
5 comentarios
ivania reyes gonzalez
A mi niña de 1 año yo le doy frefrescos de espinaca pero la pone estreñida,.-‘
Katy rivera
Hola mi bebe tiene 7 m solo quiere comer papillas dulces nada de sal y a q edad le puedo dar citricos
Victoria
Mi duda es si los bebés puedem comer pimiento morrón o morrón a partir del sexto mes¡? un pediatra me dijo que no por que provoca hoyo es sus estomagos”!
luz
mi suegra le dio platano a mi bebe a los 2 meses quisiera saver que daño le pudo causar y a que edad le devo de dar este alimento
Duli
hasta ahí llegué yo a los 2 años!!!!