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La dieta tiene una importancia fundamental en la salud y las familias cada vez están más concienciadas de la importancia de cuidar la alimentación.
No cabe duda que una de las principales preocupaciones de cualquier padre o madre es la salud de su familia. Aunque el destino no esté en nuestras manos, hay una serie de pautas y hábitos que se pueden implementar en la rutina diaria con el objetivo de ayudar en la prevención de futuras enfermedades y a favorecer el funcionamiento del sistema inmunológico, que es el que nos protege de los patógenos y otros agentes extraños. En esta línea, es también muy buena idea contar con un buen seguro de salud, que nos garantice la mejor cobertura médica, la posibilidad de acudir al médico de forma ágil; con acceso a médicos especialistas de prestigio o teleasistencia 24 horas. Además, los asegurados tienen a su disposición planes de medicina preventiva adecuados a la edad de cada miembro de la familia.
5 Ideas para una dieta saludable
Una alimentación saludable y nutritiva debe incluir diferentes tipos de alimentos en cada una de las comidas del día: frutas, verduras y hortalizas, leguminosas cereales (a ser posible integrales), frutos secos, lácteos bajos en grasa, proteínas magras y huevos. Aunque con pequeños en casa pueda resultar complicado, hay que tratar de evitar en la medida de lo posible la comida rápida y la pastelería industrial; ya que son altamente calóricos, tienen un alto contenido en grasa y son pobres en nutrientes y fibra.
1) Dar ejemplo: los padres tienen la obligación de ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos saludables en las primeras etapas de su vida, que les aportarán beneficios durante el resto de su vida. Para ello, es importante dar ejemplo e involucrarles en la preparación de los alimentos, que después se consumirán juntos. Cortar las frutas y verduras en trocitos que puedan consumir por si mismos o crear platos coloridos con diferentes texturas son solo algunas ideas para facilitar que los más pequeños de la casa puedan probar nuevos alimentos.
2) Evitar el abuso de refrescos y bebidas azucaradas: una buena idea para sustituirlos es añadir rodajas de fruta o frutos rojos al agua mineral o al agua con gas para conseguir bebidas sabrosas a nuestro gusto. Los tés naturales también son otra opción. Hay que recordar que se deben beber de uno a dos litros de agua al día.
3) Guardar el equilibrio: Los nutrientes se deben repartir guardando una proporción: los hidratos de carbono suponen entre un 55 y un 60% de las calorías totales del día; las grasas, entre un 25 y un 30% y las proteínas, entre un 10 y un 20%.
4) Limitar el consumo de sal en las comidas: no solo cuando se cocine, sino vigilar también el contenido en sal de salsas preparadas, caldos y otros ingredientes que se utilicen; ya que consumir demasiado sodio eleva la presión arterial.
5) Controlar las raciones: las porciones y las cantidades de comida deben ser proporcionales al peso y la edad de cada miembro de la familia. Servir a todos por igual puede provocar que los más pequeños se acostumbren a ingerir mayor cantidad de alimentos de lo que necesitan, lo que puede provocar problemas de sobrepeso en la edad adulta.
En definitiva, la alimentación es parte fundamental del desarrollo de la infancia, y es durante esta etapa cuando se forman los hábitos alimenticios que después aplicarán durante el resto de su vida. La familia es clave para promover una alimentación saludable en casa, que además ayude a fomentar una buena salud y prevenir problemas y enfermedades futuras.
