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Son muchas las personas que, en los últimos años, han comenzado a considerar la jubilación anticipada voluntaria como una opción real para retirarse antes de la edad legal establecida.

El cansancio, el desgaste físico o emocional y la percepción de haber cumplido un ciclo laboral llevan a muchos trabajadores a plantearse este paso antes de alcanzar la edad ordinaria.

Sin embargo, como bien advierte el funcionario de la Seguridad Social, Alfonso Muñoz, en su canal de YouTube, tomar esta decisión sin analizar ciertos factores puede perjudicar gravemente nuestra pensión de por vida.

La importancia de agotar el paro

Una de las primeras advertencias de Muñoz está relacionada con los periodos en los que el trabajador está cobrando el paro.

“Lo primero que debes saber, en el supuesto de que estés cobrando una prestación contributiva por desempleo, es que el SEPE cotiza por ti. Más o menos lo mismo que si estuvieras trabajando”, expone.

Esto significa que, aunque no estemos trabajando, seguimos acumulando cotizaciones válidas para nuestra pensión.

En este sentido, podría no ser rentable solicitar la jubilación anticipada mientras aún se cobra el paro, ya que esos meses seguirán sumando como si estuviéramos en activo.

“Quizás te interese solicitar tu jubilación anticipada voluntaria una vez agotada la prestación contributiva por desempleo”, explica Alfonso.

Esta recomendación es especialmente relevante para quienes son despedidos o se ven obligados a dejar el trabajo poco antes de cumplir la edad legal de jubilación, ya que puede representar un ahorro considerable en penalizaciones futuras.

Diciembre: un mes estratégico

El segundo consejo de Alfonso Muñoz puede resultar sorprendente para muchos, pero está cargado de lógica financiera: elegir diciembre como el mes para jubilarse anticipadamente.

“Un buen momento puede ser el mes de diciembre. ¿Por qué? Porque todas las pensiones cuyo hecho causante sea antes de que termine el año se revalorizan al año siguiente conforme al IPC (Índice de Precios al Consumo)”, detalla. 

Esto quiere decir que si nos jubilamos el 31 de diciembre, por ejemplo, al día siguiente nuestra pensión se actualizará con la subida del IPC prevista para el nuevo año.

En cambio, si posponemos la jubilación unos meses más, esta revalorización se aplicará más tarde, y podríamos dejar de percibir unos euros extra que, acumulados durante años, representan una diferencia considerable.

“El importe de tu pensión podría ser superior a la que te hubiera correspondido en el caso de que te hubieras jubilado meses más tarde. Aunque eso sí, para ser más exactos, eso dependerá del porcentaje de revalorización que se aplique en ese año en cuestión”, aclara Alfonso.

Aunque esta estrategia depende del contexto económico (y de la subida prevista para las pensiones), es una herramienta más que interesante para optimizar la pensión desde el primer día.

Cuidado con jubilarse dos años antes

La ley permite acceder a la jubilación anticipada voluntaria hasta dos años antes de la edad ordinaria. Sin embargo, hacerlo exactamente con dos años de antelación puede salir caro.

“Aunque la ley permite adelantar la jubilación dos años antes, es cierto que los coeficientes reductores que se aplican durante los tres primeros meses son más elevados”, explica Muñoz.

Esto se debe a que la penalización por cada mes de anticipo no es lineal: los primeros meses aplican los coeficientes más altos. De ahí que convenga, en algunos casos, esperar unos meses y adelantar la jubilación solo un año y nueve meses antes.

“Quizás te interese solicitar la jubilación justo un año y nueve meses antes de tu edad ordinaria de jubilación", informa.

Esta diferencia puede parecer pequeña, pero implica una mejora en la pensión mensual. Y es que, como recuerda el propio Muñoz: “Los coeficientes reductores que se te aplican serán durante toda la vida".